domingo, 22 de agosto de 2010

"Por los iguales"

Lo que narra Alex respecto al bendito,a mí me pasó también.Tendría unos 13-14 años,en pleno despertar de la conciencia hacia el hecho de que existían los muchachos,y que al mismo tiempo me atraían y me daban miedo...Ocurrió un sábado al mediodía ¡Qué prodigio de memoria! La pulpería estaba repleta de machos-varones-masculinos,la mayoría feítos y nada decentes,pero uno que otro más joven o más simpático,o más decente a la hora de pedir ser atendido por papá.Eran empleados de "la fábrica"(Ingeniería Industrial,Gpe.)que venían a pagar lo que en "La Pilarica"se les había fiado durante la semana.Yo atendía a las ventas mientras papá cobraba...Y va llegando......inesperada,......sorpresivamente......nada más y nada menos que....¡abuela Emérita!¡trágame tierra! Obedeciendo la orden de:"Vaya a darle el bendito a su abuela" levanté la puertita del mostrador...salí al medio de aquel chusmero masculino...roja-roja de la vergüenza,o más pálida que de costumbre(no supe cómo me veía)...y juntando las manos,cerré los ojos y recité la fórmula establecida para tan singular saludo campesino.Los citadinos se me quedaron mirando extrañadísimos,y guardaron silencio mientras yo regresaba al mostrador y la abuela entraba a la casa. Mi querido padre nunca supo lo ridícula que me sentí,mi querida abuela no pudo valorar el regalo que le ofrecía en aquel saludo,y,al contrario de Alexis,aquí no hubo monedas ni gartificaciones de ninguna especie.
Sólo al paso de los años recuerdo con nostalgia mi humilde mansedumbre de aquellos tiempos y se me hace simpática aquella niña palideja y flaca.Sólo al paso de los años también,puedo decir desde mi corazón agradecido ante tan gran misterio : ¡¡Bendito sea el Santísimo Sacramento del altar!! (y María concebida sin pecado original).

1 comentario:

  1. En vez de ser una oración, se nos había convertido en un martirio a disgusto.

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