Había que organizarlo todo y Teresa, Hilda, Lali y Carolina se pusieron las pilas desde el viernes en la tarde, separando la ropa por tamaño, calidad, tipo de prenda, etc., así como otros objetos.
Se trabajaba mucho y también hacía hambre en esos lares, así que un cafecito no caía nada mal.
Y después del café, el auditor, gerente, controlador, supervisor, inspector de calidad y demás cargos imporantes, se dio a la tarea de ver cómo iban las labores y dar sus indicaciones, sugerencias, directrices y metidas de pata.
Xinia pudo darse una vueltita también y escoger alguna ropita apropiada.
El jefe no pierde ojo a sus empleadas, siempre vigilante de qué meten en la bolsa, por aquello de las "desapariciones" de prendas.
Hubo clientela de todos los tamaños...
La famosa "rata peluda" hizo pegar gritos a Tere a cada rato, porque cuando menos lo esperaba le brincaba encima, y aunque la esperara porque la tenía a la vista, el grito de horror no faltaba, todo para el deleite de las sobrinas, hermanas y demás familiares reunidos en la actividad.
Sonia trata de disimular la risa que le da ver el ridículo de la tía, pero qué va, no puede...
Al final, el domingo en la noche, todavía hay mucho trabajo que hacer... recoger lo que quedó, empacarlo, ordenar un poco, cobrar las deudas familiares a algunos morosos...
Y la satisfacción por la labor realizada se nota en todos los rostros, a pesar del cansancio.
Finalizado todo, Xinia encontró una especie de maletero-valija, que le quedó muy bien para llevar la ropita de Paulina cada vez que la tiene que ir a internar.
Fue una actividad muy bonita, de mucha solidaridad, camaradería y disfrute familiar. Claro que Laly, Hilda, Tere, Luz Marina y hasta Carolina, terminaron cada día de trabajo con los pies y la cintura que no se la aguantaban del cansancio. A ellas, a Alex y a todos, Dios les ha de pagar su gran entrega y esfuerzo. También colaboraron Érika, Ivette, Virginia, Sonia, Ligia, Yaneth y muchas personas más, ya fuera trayendo cosas, dinero que les dieron, ayudando en la venta, etc. etc.
Gracias a quienes llegaron a comprar también, porque aunque hayan muchas cosas buenas, si no hay quien suelte los chuminos nada se logra...
Al cierre, las palabras de agradecimiento de Xinia y las de solidaridad y amor de los demás hacia ella y hacia Paulina, fueron muy emotivas e importantes. Este ha sido un gran paso en el mantenimiento de la integración familiar. Yo sé cuánto les habría agradado a mámá y papá si estuvieran vivos, vernos haciendo esto, porque el objetivo de la actividad no podía ser mejor y se aprovechó felizmente para unir más a la familia.