martes, 19 de octubre de 2010

Mi Nieta Jazmín

Me dijo mi nieta Jazmín un día de estos, la que tiene 15 años, que me ponga yo las pilas y aprenda algunas cosas para que no esté tan atrasada, que debe ser muy feo no saber nada de nada, que no sé quien es Picasso, Pitágoras, fulano ni sutano y un montón de viejos más que a mi no me interesan! Si yo sé quien fue mi abuelo y el abuelo de mi abuelo y el abuelo del abuelo de mi abuelo. Y ¡qué casualidad! Todos son Murillo como yo. Y los del otro lado, todos son Sibaja; por lo visto la única que no baja soy yo.
Dice mi linda nieta que aprenda a manejar computadora para que ande chateando por internet con alguien que quiera hacer amistad, ¡qué raro! seguro ahora se dice chatear, antes se decía hablar; una termnaba el oficio, se sentaba en el corredor y empezaban a llegar las vecinas a contar chistes, tocar guitarra, ¡en fin! a pasarla bien; amigas que tengo todavía ¿Para qué quiero internet?
Ella dice que pobrecita yo que, como no había luz eléctrica en mi pueblo, no podía ver Tele ni entretenerme con unos tales juegos electrónicos ¡Pobrecita ella! que por tantas luces no ve la luna llena ni cuando se hace un cachito, mucho menos a Santiago que se ve tan claritico, no sabe que a unos cuantos carbuncos* dentro de una botella, alumbran de lo más bien, nunca en la vida ha hecho una carrera de sapos, no sabe correr descalza por el zacatito, subir a los árboles y bañarse en el río...
Ella toma agua embotellada, de una que llaman Cacadín, dice que es muy pura. Es que no conoció la tinaja de mi abuela ¡esa sí era agua pura!bien tapadita la dejaban al sereno y pasaba todo el día esa agua fresquitita. Y ni hablar de la leche, leche al pie de la vaca, de la vaca negra porque decían los viejos que era la mejor y ¿qué decir del dulce del trapiche de mi abuelo? donde iban las muchachas el día de la molienda con sus enaguas largas y sus caritas pintadas a disfrutar del sobao, las melcochas y el perico. Algunas allí encontraron esposo...
Le apena a mi nieta que yo no sé manejar una tal llave Maya, un aparatillo así chiquitillo, que es como brujo porque hace mil cosas y se oye música ¡para qué quiero eso si tengo mi radio! que está buenecito, de viejo no se le ve la marca pero me hace recordar el primero que ví, la gente se amontonaba en esa casa a escuchar con asombro tan lindas canciones de Gardel, Jaramillo y Pedro Infante y noticias del 48 y de un tal Figueres que comía muchos confites y que caminaba p'atrás, p'atrás; mientras los dueños de la casa repartían arepa con agua dulce caliente.
Aunque mi nieta no crea,esos tiempos fueron mejores. No habían rejas ni candados, todo el mundo saludaba, de la moda nadie se preocupaba, ni había que aguantar hambre para no engordar ¡Como no existia Talía, Shakira, ni la Barbie! Claro, tampoco Luis Miguel ni Pedrito Fernández...
Por esto y mucho más, es mi nieta la que ¡no está en nada!

Margarita Murillo, 2006

*En algunos países de América, especialmente en Costa Rica, las formas carbunclo y carbunco designan también al cocuyo, insecto coleóptero que emite luz en la oscuridad: «Los carbunclos se escondían en los bordes de los muros» (Chase Pavo [C. Rica 1996]).

2 comentarios:

  1. Ah recuerdos... cogíamos un tizón de la cocina de mamá y nos íbamos al patio a hacer filigramas en el aire, que en la oscuridad de la noche se veían como figuras fantásticas y decíamos que era para atraer los carbuncos y si llegaba alguno lo cogíamos y lo metíamos en un frasco. Ah tiempos... no lloro, pero me acuerdo...

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  2. Te acordás? en la oscuridad de la noche dibujábamos círculos encendidos de muchos tamaños,
    mientras íbamos describiendo:"la faja de papá" "la
    faja de abuelo Chepe" "la faja de..."
    Niñez querida!...donde para ser felíz bastaba una
    miel de queso,una lata vacía de sardina, o una carrucha de hilo y una liga para hacer un tractorcito...
    Gracias Magui,por motivar el recuerdo...

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