sábado, 13 de noviembre de 2010

CONTRAPUNTO EN TU ANIVERSARIO
Se apagó el astro claro del cielo,
y quedé en la más negra oscuridad,
respirando con dolor en el pecho,
con dolor en el corazón…,
con dolor en el alma…
Autómata rumbo al cementerio,
autómata que veía, oía, sentía,
sin asimilar en su real dimensión
aquello que estaba pasando…
Y se cerró la tumba entre llantos,
y de nuevo caminando sin sentido,
rumbo a la casa, rumbo al diario vivir...
Y vino luego el dolor en oleadas de fuego,
la inmisericorde tristeza llegando inesperada,
invasora desleal que desvergonzada se instala
en el corazón, cuando no es siquiera esperada.
Y pensé, como tantos dicen, que el dolor
no me dejaría volver a sonreír nunca.
Y creí que viviría triste en adelante
y que sería así por siempre,
porque tú, madre amorosa,
me habías dejado solo.
Más, el espíritu es más fuerte
de lo que se puede sospechar,
y con los días, volví a disfrutar
las cosas del mundo y de la vida,
y volví a reír con espontaneidad.
El río del tiempo siguió fluyendo,
y ya nuestro padre también se ha ido.
Y yo a veces, y mis hermanos creo también,
evocándote, madre, siento ganas de llorar,
más no empiezo, madre…, que no sé si podría parar...

1 comentario:

  1. pues yo creo que la falta de comentarios es por el mismo asunto de la frase final, si comenzamos quizá no podamos parar...

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