lunes, 28 de marzo de 2011

¿Qué diría Freud?

Quienes me conocen con frecuencia dicen que tengo gran imaginación. Bueno suponiendo que eso sea cierto puedo decir que estando dormido no se termina dicha situación. Soñar es algo frecuente para mí, muchas veces sueño cosas que no se conectan entre sí, no tienen mayor sentido, pero otras veces llego a soñar una historias largas como me dijo mi tata hace poco veo "películas completas".
Y esta semana estuvo bueno el cine, aquí les cuento mis sueños para que los disfruten ustedes también.Soñé que yo era piloto de guerra, iba volando sobre el Pacífico, por la costa costarricense, osea el puerto en tico. De pronto me derribaron, no salí lastimado con la destrucción del avión, pero estaba flotando en el mar y necesitaba llegar a la costa (otras veces he soñado con esa situación). En vez de playa de arena, lo que había eran una rocas filosas, de esas rocas salía un río hacia el mar, osea había una corriente fuerte que me impedía llegar, pero estando ahí vi a lo lejos la torre de la clínica de Coronado, y pensé, si llego ahí estoy salvado. Así que hice un esfuerzo y logre llegar a las rocas y subir por ellas, entonces empecé a caminar hacia la torre. Para llegar ahí tuve que atravesar varias propiedades privadas (varias veces me he soñado metiéndome a casas, algo de ladrón tendré en el subconciente), me brincaba alambres de puas para pasar por los patios de varias casas y había gente que me miraba extrañada, yo les decía que yo era soldado y necesitaba llegar a la clínica. Finalmente llegué y al entrar ¡sorpresa! un filón para ser atendido en emergencias, pues exijo yo atención inmediata por estar peleando en la guerra y me dicen que haga fila. frustrado me siento a esperar, y en una silla un conocido mío estaba con una computadora con internet inalámbrico, le pedí la compu y escribí un tipo de "carta a la Nación" quejándome de la situación vivida. La carta la envié por correo a todos mi contactos. De pronto iba de camino a mi casa y al llegar le pregunté a mi papá que opinaba de mi carta, y como en ella criticaba al gobierno mi tata me dice que si quiero escribo en el correo ¡que viva Nicaragua! yo me enojo y le digo que si no se da cuenta que yo andaba en la guerra peleando contra esos invasores, ¿Cómo se le ocurría decirme eso? y así termina esta película.
Después les cuento otras porque en esta semana casi todos los días he soñado con una de esas.

jueves, 17 de marzo de 2011

Hace ya tiempo que nos enteramos de la gran noticia sobre la salud de Pau, nuestra amada guerrera, la princesa de mil cuentos, y la verdad, desde entonces anda rondando una pregunta por mi cabeza: cuánto dura un milagro??

Un milagro puede durar años: superando la pérdida de dos hijos, varios parientes, bastantes amigos y conocidos, y sobre todo del amor de su vida (su querida "Lita"); llevándole la contraria al promedio de vida de nuestro país -y de cualquier otro-, pese a su cirrosis, su próstata y otros padecimientos por ahí, abuelo Beto casi casi sopla las cien velitas...




Un milagro puede durar meses: como aquella mujer a la que han declarado clínicamente estéril, y sin embargo ve crecer su vientre con el hijo que por la gracia de Dios fue concebido...



Puede durar días, horas...

Hubo quien se salvó de morir en el atentado contra las Torres Gemelas, porque perdió el vuelo, o el que por pasar a la farmacia a comprar unas curitas para las ampollas que le hicieron los zapatos retrasó su llegada a estos edificios... y se salvaron por minutos!!




Dura segundos, como cuando en un parpadeo, una señora, su hijo y un amigo se salvaron de ser arrollados por un auto que daba vueltas sin control en una calle de San José, una noche varios meses atrás...

Un milagro es un milagro, no importa cuánto dure, si es momentáneo o eterno, si es propio o ajeno, sin importar nuestro credo... simplemente ES!!

Hoy es un milagro la salud de Pau, y la nuestra... su vida, y la nuestra... Así que bailemos y celebremos, y demos gracias a Dios porque estamos, porque somos, porque tenemos.... mañana? solo EL sabrá. Hoy agradezcamos su amor y su misericordia, con la esperanza de gozar por muchísimos años de este milagro del que somos partícipes.

Amen