domingo, 20 de noviembre de 2011

Publiquemos los escritos

Bueno a ver que no me vengan con cuentos chinos sino con cuentos ticos. Que yo sé que en esta familia a más de alguno le gusta escribir poesías, cuentos y ya va siendo hora que los publique aquí ya dejemonos de varas. Yo voy a empezar por este que es el más viejo de los que tengo con vida, la idea original la inventé como a los 8 años y ya luego como a los 17 le hice los cambios para "mejorarlo" y bueno aquí está.



La leyenda del Caballo Costa Rica




Un día, en la escuela, a un niño le dejaron de tarea hacer un dibujo de Costa Rica, copiándolo del mapa. El niño al llegar a su casa le pidió ayuda a su abuelo para cumplir esta tarea, y este con gran contento accedió.


Después de terminada la tarea, el abuelo tomó el dibujo hecho por el niño y lo miró por un instante, luego tomó el mapa y lo observó por largo rato. El niño sintió curiosidad, y justo en el instante que iba a preguntar a su abuelo que hacía, este le dijo:


- Ven hijo, mira tu dibujo, mira el mapa y dime, ¿qué ves?.


El niño sin comprender bien que era lo que su abuelo quería, tomó el mapa y el dibujo, los miró y dijo:


-Veo a Costa Rica, abuelo.


-Sí, es Costa Rica – respondió este – ¿Pero qué forma tiene?


Después de verlo, por unos segundos, el niño contestó: -parece un caballo, pero con la cabeza muy grande, y las patas muy cortas.


-¡Pues eso justo es lo que es! – dijo el abuelo emocionado, y luego añadió: – te voy a contar la leyenda del caballo Costa Rica...


El niño se sentó a escuchar con atención lo que su abuelo decía:



“Resulta, que hace muchos años antes de que existieran los animales y nosotros los humanos, Dios creó un gran caballo, de cabeza grande y piernas cortas, lo puso en la tierra y le dijo: mira el mundo, es tuyo porque después de las plantas, eres el único ser viviente sobre él, aquí lo tienes para que lo disfrutes, tienes los campos para correr, las praderas para pastar, los mares para nadar, cuídalo todo pues Yo lo hice para ti.


Y el gran caballo agradecido dio honras a Dios corriendo por los campos y nadando por los mares con gran alegría. Se dice que por donde pasaba la tierra se estremecía con fuerza, pues su tamaño, su peso y su energía eran inmensos.


Y así lo hizo por largos años, corrió y corrió, y nadó y nadó; pero un día cansado y acalorado de tanto ajetreo, se acostó a descansar sobre el mar, en una parte de poca profundidad, entre dos masas de tierra y pensó: “tengo toda la tierra para mí solo, ¡y que ironía!, pues la siento pequeña, si empiezo a correr y nadar sin parar puedo recorrerla completa en un solo día, además, la conozco tanto que me la sé de memoria; pero, lo que más me entristece es la soledad, pues aunque tengo a Dios y a sus ángeles, no hay seres semejantes a mí en el mundo.” Y entonces elevó su voz al cielo y exclamó: “Señor, tú me lo has dado todo y te agradezco por ello, ¡pero me siento solo y aburrido en este mundo!, estoy cansado de correr y nadar sin parar, ya quiero descansar, quiero ver otras criaturas, ¡ojalá y fueran pequeñas!, para que así el mundo sea grande para ellas, y su vida no les alcance para recorrerlo completo, ¡Oh Señor!, por favor escucha mi voz!”. Y sintiéndose extremadamente cansado se durmió.


Entonces el gran Dios del cielo escuchó su petición y dijo: -“porque eres grato a mis ojos complaceré tus deseos, ya no tendrás que correr ni nadar por el mundo, pues estarás ahí, fijo en tu lugar, serás como la tierra que has pisado tantas veces.” – y el caballo se convirtió en tierra, tierra firme como la que tenía sobre su cabeza y bajo su cola, tierra con la cual se unió para siempre. Y muy pronto, la vegetación que le rodeaba, lo cubrió casi por completo.


Y luego Dios dijo: “ya solo no estarás, haré criaturas semejantes a ti, animales como lo fuiste una vez, serán libres, capaces de moverse sobre ti, y todo el resto de la tierra, otros nadaran en el mar que te rodea, y todos serán pequeños para que así vean la tierra grande.”- Entonces surgieron los animales en el mar, que lo rodeaban de todas clases y formas, y luego los terrestres que rápidamente cubrieron la superficie de la tierra, incluida la del gran caballo hecho tierra.


Después de que por su propia iniciativa Dios creó al ser humano, criatura predilecta y amada por él, dijo al gran caballo: “te daré una última bendición, esta consistirá en los humanos que habitarán tu suelo serán en su mayoría hombres de bien, honrados y trabajadores, temerosos de Mi y pacíficos entre si, te respetarán mucho a ti y a los que anteriormente coloqué en tu suelo”. Y todo fue como Dios lo había dicho.


Luego de mirar todas estas bendiciones sobre su “cuerpo”, el gran caballo se alegró tanto que le surgió una lágrima justo aquí.” - Dijo el abuelo mientras que señalaba en el mapa el lugar donde está ahora la laguna Arenal.


¿Te gustó la historia, cuál crees que es la moraleja? – preguntó a su nieto.


Me encantó abuelo y creo que la moraleja, es que debemos cuidar nuestra tierra y nuestro suelo, pues también siente, también vive.


Es correcto hijo, es correcto, ahora ve a dormir porque mañana debes ir a la escuela y entregar tu tarea.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Ahora leyendo las poquitas entradas anteriores (porque pareciera que vamos como a una cada 2 meses, y un comentario por año, pero por lo menos sigue vivo el blog) vi que mi tío contó una historia de unos africanos esperando su espíritu que dejaron atrás. Y me recordé un libro de leyendas africanas que tengo ahí, son historias muy bellas con gran mensaje y que muestran como son otras culturas tan diferentes a las nuestras.
Les comparto un resumen de una de ellas, se titula Miedo mata miedo

Dice que a una aldea llegó a vivir un viejo cazador, era un hombre viejo que ya casi no podía ni cazar, y en una ocasión escuchó a uno jóvenes hablando de él y su bajo rendimiento, que volvía siempre con las manos vacías. Así que decidió demostrar que aún esta en sus capacidades, tomó su lanza y salió decidido a cazar alguna presa grande. Después de mucho caminar en su camino se topó con un leopardo, que le miraba con cara de te voy a comer, el cazador intentó defenderse con su lanza pero falló en el tiro, y enseguida el leopardo corrió tras de él, el hombre dio media vuelva y corrió lo más rápido que pudo mientras buscaba un refugio, pues sabía que por miedo que tuviera no le ganaría a un leopardo. Fue así como vio una enredadera de un gran espino y sin pensarlo se hizo lanzado hacia el interior de dicha mata, de inmediato sintió las mil punzadas que le atravesaban todo el cuerpo y lo hacían sangrar; pero al menos su plan dio resultado porque el leopardo se negó a meterse en semejante lugar y luego de dar varias vueltas alrededor de los espinos, terminó marchándose. Cuando el hombre consideró que efectivamente el leopardo se había alejado intentó salir, pero no podía ni moverse sin sentir más punzadas, no había forma de incorporase o incluso cambiar de posición sin pincharse nuevamente todo el cuerpo.
Al pasar tres días y no dar señales de vida, en la aldea decidieron salir en busca del viejo cazador, y andando fue como el jefe de la aldea dio con el espino donde estaba aprisionado el cazador quien contó su historia y como el miedo por el leopardo había matado el miedo por el espino, entonces el jefe le dijo: "yo sé como lograr que salgas de ahí" y sin más decir nada inició una fogata y arrojó el fuego al espino, que por estar muy seco empezó a arder enseguida, rápidamente el calor se hizo insoportable y antes de darse cuenta el cazador se levantó de un salto y salió de aquel espino mientras gritaba de dolor por romperse nuevamente toda la piel con las espinas.
Y es así como un miedo mayor acaba con otro menor.