FELIZ DÍA DEL PADRE
Hoy, yo feliz y contento dormía,
disfrutando de mi jubilación,
cuando en casa una explosión
vino a enloquecer mi feliz día.
¿Habrá caído en el techo un avión?
¿Habrá puesto una bomba Al-Qaeda?
¿Cuál será la verdadera situación?
¿De mi querida casa qué me queda?
Me puse en pie de inmediato,
sin recordar que así me mareo,
que me duele la cabeza un rato,
y que confuso y hasta visco veo.
Algo en dirección al patio me llevó,
allí el humo y la ceniza flotaban,
cual campo de guerra me pareció,
más las ideas no se me aclaraban.
Al lado oí que la doña se quejaba,
“la lengüita ya no podremos comer
este día del padre”, se lamentaba.
Al fin la cosa yo pude entender:
que allá en el pequeño galerón
en el que mi madre había cocinado,
la viejita y tan útil olla de presión
con todas ganas había explotado.
Destruida estaba la chimenea,
la pared lateral desguabilada,
el fogón desaparecido, aunque no lo crea,
la nueva lámina del techo abombada,
la pobre olla toda hecha leña,
En fin aquello era deprimente,
como vemos en esta reseña.
Pero gracias a Dios, dichosamente
todos permanecíamos bien lejos.
Pero semejante susto no es jugando,
ya para eso no estamos los viejos…
que la vida queremos seguir gozando.
Pero así y todo, con explosiones
y sustos que erizan el cabello,
les deseo a todos los muchachones
un Día del Padre muy feliz y bello.
19 de Junio 2011.
Hoy, yo feliz y contento dormía,
disfrutando de mi jubilación,
cuando en casa una explosión
vino a enloquecer mi feliz día.
¿Habrá caído en el techo un avión?
¿Habrá puesto una bomba Al-Qaeda?
¿Cuál será la verdadera situación?
¿De mi querida casa qué me queda?
Me puse en pie de inmediato,
sin recordar que así me mareo,
que me duele la cabeza un rato,
y que confuso y hasta visco veo.
Algo en dirección al patio me llevó,
allí el humo y la ceniza flotaban,
cual campo de guerra me pareció,
más las ideas no se me aclaraban.
Al lado oí que la doña se quejaba,
“la lengüita ya no podremos comer
este día del padre”, se lamentaba.
Al fin la cosa yo pude entender:
que allá en el pequeño galerón
en el que mi madre había cocinado,
la viejita y tan útil olla de presión
con todas ganas había explotado.
Destruida estaba la chimenea,
la pared lateral desguabilada,
el fogón desaparecido, aunque no lo crea,
la nueva lámina del techo abombada,
la pobre olla toda hecha leña,
En fin aquello era deprimente,
como vemos en esta reseña.
Pero gracias a Dios, dichosamente
todos permanecíamos bien lejos.
Pero semejante susto no es jugando,
ya para eso no estamos los viejos…
que la vida queremos seguir gozando.
Pero así y todo, con explosiones
y sustos que erizan el cabello,
les deseo a todos los muchachones
un Día del Padre muy feliz y bello.
19 de Junio 2011.
