sábado, 27 de agosto de 2011

¡Amanezco hoy por la gracia de Dios!


Zzzz... no puedo dormir..me levanto..voy a la cocina..me fijo en el reloj del microondas, las 4:36 de la mañana..
voy al baño, prendo la luz y hago pis, siento ganas de refrescarme..me enjuago las manos y la cara..apago la luz !¡
qué oscuridad y que frío..regreso al dormitorio pero dejo la puerta abierta, pues aparte de frío tambíen siento un poco de bochorno
¿quién me entiende? tomo una frazada y la pongo sobre el edredón y me acurruco...suavemente sin despertar a mi esposita que ronca plácidamente.
Zzzzz....no puedo dormir...tomo los audífonos de la mesita adjunta al lado de donde duermo¿...? bueno de donde trato de dormir...
prendo la radiograbadora donde siempre tengo listo un CD para escuchar música y sujetar la mente que siempre en estos casos le da por creerse la muy independiente y ponerse a hacer conjeturas de cuanta cosa a ella le da la gana...Que el carro que está en el taller, porque ayer me quedé botado (gracias a Daniel que me remolcó), que Allan necesita ir a dejar el pan al retiro de su grupo a San Jerónimo, que tendrá que ir en moto..que mi nieto juega a la 9 am en el barrio el Socorro, a ver si voy ir a verlo...
Zzzzz...!!!! me dormi??? que hora es??? entra un poco la luz al dormitorio..sí.. había dejado la puerta abierta...hum..Allan ya se levantó,
me lavanto yo también...son las 5:25 ¡ya está clarito! ..me asomo a la ventana que da al patio y veo la infinidad de gotas de rocío sobre el cesped y las matas !!!!que frescura!!!que belleza.
5:30 voy a traer el pan.. seis bollos que debe llevarse Allan..busco la llave de la motocicleta..hay Dios donde la puse el último día que la usé..
ni modo a sacar la llave de reserva.... 5:45 ..Allan se fué con el pan a San Jerónimo...¡Que recuerdos de cuando allá en viejo Arenal mi hermano y yo ibamos a dejar el pan, de la panadería de nuestro padre, a los negocios vecinos y a veces no tan vecinos...
5:35 voy a poner el percolador a hacer cafecito..un poquito fuerte para despabilarme y sentir el gusto del amanecer... amanecer bien tempranito como decía el político aquel...
5:45 ¡Qué rico café! ¡Que esplendorosa mañana! ...entonces recuerdo una de las oraciones celtas más antiguas que dice...y la repito:
Amanezco hoy

por la fuerza del cielo, la luz del sol,

el resplandor de la luna,

el esplendor del fuego,

la velocidad del rayo,

la rapidez del viento,

la profundidad del mar,

la estabilidad de la tierra,

la firmeza de la roca.

Amanezco hoy

por la fuerza secreta de Dios que me guía.


Definitivamente que dicha el estar vivo y sobre todo darme cuenta de ello.

¡Feliz día para todos y todas!




viernes, 26 de agosto de 2011

¡Cómo puedes vivir sin saber que dice tu espíritu!

Hola familia y estimados lectores de Cafeconmojoncha. Yo quiero compartir algo, les cuento que los temas sobre el “Espíritu” y el “Ser Interior” son de mis preferidos y trato de darles un campito en mi cabeza y en mi corazón.

Un abrazo.

******

Una vez leí una historia sobre un explorador de África. Estaba desesperado por salir de la selva, contrató a tres o cua­tro africanos para que cargaran su equipaje. Avanzaron a toda velo­cidad durante tres días, pero entonces, los afri­canos se sentaron y se negaron a seguir. El explorador los urgía a ponerse en marcha, pues estaba obligado a lle­gar a su destino en un plazo determinado. Por más que rogó y ofreció doblar el pago; ellos persistieron en su negativa. Al fin, uno de ellos le explicó el motivo:

“Es que hemos co­rrido demasiado hasta aquí y debemos dar tiempo para que nues­tros espíritus nos alcancen”.

******

Otra historia cuenta de un hombre que estaba sumamente enfermo y había visitado hospitales y médicos, y ninguno encontraba el mal que lo esta acabando. Incluso lo enviaron a morir a su casa. A él no le importaba morir, pues había sufrido mucho pero sentía que no podía partir así pues algo le faltaba; una noche tuvo un sueño: Su abuelo le decía que debía ir a verlo. El abuelo era una especie de “chamán” indio de una tribu bastante modernizada que habitaba en una reserva de Norteamérica. El hombre pidió que con el poco dinero que le quedaba lo llevaran al campo a ver a su abuelo, que por cierto muy poco lo conocía pues su padre lo había alejado de él por no creer en las “loqueras” de sus antepasados.

Cuando llegó donde el abuelo parecía que éste ya lo estaba esperando, apenas lo abrazo y le dijo:

“Es urgente que llames a tu espíritu, para que regrese a ti, pues se ha alejado de ti y así estas incompleto”

Y le indicó lo que debía de hacer: Durante varios días y noches aquel hombre sentado sobre una manta, en lo alto de un risco de la montaña que daba al valle, con solo agua para beber, rogó e invocó a su espíritu que retornara a el.

Poco a poco aquel hombre se restableció totalmente y aún más su vida no volvió a ser la misma pues se quedó con su abuelo aprendiendo a “curar por medio de hierbas y a comunicarse con los espíritus de la montaña y de sus antepasados”.

*****

—Dime, ¿cómo es que tú no sabes estas cosas? ¿Cómo puedes vivir sin saber lo que hace y lo que te dice tu espíritu?

Esto le dijo una mujer nativa de Alaska a otra mujer, escritora norteamericana, que la visitaba en su casa y que habían entablado una conversación sobre las costumbres y creencias de una y otra.

lunes, 8 de agosto de 2011

* La espera

Hoy es día de visita.

Se ubica en el sofá de siempre, con su mejor vestido y su collar de perlas falsas. La sala bien iluminada, los bocadillos en la mesa junto al té.

Aguarda ansiosa, como cada semana.

De pronto la ve, sentada frente a ella, sus ropas finas, sus sonrisa tímida, y decide saludarla:

-"¡Hola! Disculpe, pensé que no había nadie. Espero a alguien..."

Ella no responde, pero la mira con curiosidad.

-"En ocasiones me siento sola, ¿sabe? La ilusión de verlos me ayuda a levantarme cada mañana, pero siento que cada vez se hace más difícil. Sé que están ocupados: sus trabajos, sus estudios... pero una madre siempre confía, y me hacen falta. Ojalá no la incomode con mis palabras, pero es que... no sé, usted me inspira confianza. Siento como si la conociera de toda la vida"

Nuevamente, ella guarda silencio, pero hace un gesto invitándola a continuar.

-"También me gustaría que me llamaran de vez en cuando, pero ¿qué se le va a hacer? Son hijos muy ocupados, muy exitosos, y yo puedo esperar... de todos modos acá estoy siempre por si me necesitan. Por eso los sábados son mis días favoritos, porque es cuando vienen mis muchachos. Pero aquí a veces el tiempo pasa tan lento... Entre estas paredes los minutos se mueven muy despacito, como en andadera. ¿Será que se contagian de nuestra vejez? Mas hoy estoy feliz, hoy llegan mis hijos."- confiesa, mientras la otra asiente, comprensiva.

-"Señora, disculpe, tiene que acompañarme" -interrumpe la enfermera -"Debemos regresar a su habitación"

Ella, dócil, se deja conducir, no sin antes regalarle una sonrisa a quien pacientemente la escuchó sentada en el sillón del frente.

Avanzan con pasos cortos por el pasillo. La enfermera piensa preocupada: "No vinieron. Otra vez la dejaron plantada... tendré que comentarle al doctor que se la pasó hablando sola, de nuevo".

Mientras la anciana, con los ojos vidriosos, cruza los dedos para que no cambien de lugar el espejo grande del salón...